Es una casa-palacio cuya construcción data del año 1440. La importancia de este edificio que fue la Casa de la Encomienda que la Orden de Santiago y sus comendadores tenían en la villa, reside en los diferentes moradores que tuvo y en la impronta que éstos dejaron en la casa, ya que fueron añadiendo elementos en función de los gustos de cada época.
Actualmente, este gran caserón solariego cuenta con dependencias agrícolas, vivienda y un gran patio. A ella se accede a través de dos grandes portadas de grandes dovelas con blasones, uno de los cuales pertenece a Antonio de Mendoza, virrey de México y Perú, que, además fue quien acometió la principal reforma de la casa en 1524. Don Antonio de Mendoza introdujo las ideas renacentistas heredadas de su padre, el anterior comendador Don Íñigo. Una prueba de ello es la escalera al final del corredor y los pilares y capiteles con volutas jónicas.
El Marqués de Aguilar y los actuales porpietarios, los señores Lodares, hidalgos en Socuéllamos desde el siglo XVIII, completaron las reformas de la casa construyendo nuevas escaleras y nuevas dependencias.
Entre las personalidades que se alojaron en sus aposentos para huéspedes, se encuentra Santa Teresa de Jesús.