A mitad de la calle Don Pascual, que confluye con la Plaza de la Iglesia, encontramos la casa que fue vivienda de un miembro de la inquisición. Alrededor de 1574, Uclés envió a un fiscal para que vigilara las fiestas populares y en el siglo XVII la Inquisición se instaló en la Villa, siendo Socuéllamos uno de los lugares en los que con más dureza actuó.

Tenemos conocimiento de don Juan Librero Martín de Montenegro, inquisidor de Socuéllamos en 1630.

De la casa se conservan restos de la puerta original y un escudo de armas. Recientes reformas de la fachada, han confirmado la existencia de mampostería que queda cubierta por el enfoscado del paramento.

Escudo de armas de la Casa de la Inquisición