En el Cerro de la Paz, existe otro vestigio de casa-cueva convertido en Museo.
Esta particular vivienda, que mantiene una decoración tosca y básica similar a la utilizada antiguamente por sus humildes moradores, refleja a la perfección cómo se vivía en estas cuevas donde unas simples cortinas colocadas sobre las arcadas de las diferentes habitaciones, separaban las estancias.