El Convento de Carmelitas Descalzos constituye un legado artístico religioso de gran importancia. Este edificio del siglo XVI, de estilo barroco, sigue el modelo de iglesia jesuística: tres naves y testero plana, y una nave central más ancha y alta que las laterales.
En ella, destaca la gran variedad de soluciones arquitectónicas empleadas en sus bóvedas.
En su interior, la iglesia marca un claro predominio de tendencias clasicistas. La bóveda de medio cañón que cierra el cuerpo de la Iglesia tiene una decoración de carácter geométrico extremadamente sencilla a base de triángulos, pero con ligeras variaciones en las capillas laterales del lado de la epístola que presentan una decoración algo más compleja, con la introducción de efectos cromáticos en el último de los espacios.
El edificio ha sido rehabilitado gracias a la colaboración de todo el pueblo que se ha volcado con todas las iniciativas propuestas por la Asociación Benéfico Cultural del Convento. Las obras permitieron realizar diferentes reparaciones en la cubierta y además se dio accesibilidad a la bóveda y a la cúpula del edificio para que puedan ser visitables.
En su interior, se guardan diferentes imágenes de carácter religioso y la talla escultórica de la Virgen del Carmen.